La vida útil de los diferentes aceites vegetales varía mucho de unos a otros, lo cual tiene su explicación y es importante saber cómo utilizarlos para que se mantengan frescos el mayor tiempo posible.
Hay que guardar los aceites en lugar fresco y oscuro, y lo mejor es un frigorífico en torno a 12 grados, y embotellarlos en botellas de color topacio porque el color ayuda a impedir que la luz penetre, y esto también contribuye a extender la frescura.
Los cuatro factores que afectan a la vida útil de los aceites portadores son el tiempo, la temperatura, la luz y el aire, y así, podemos controlar los tres últimos para extender el tiempo de uso de nuestros aceites. Una primera indicación es guardar los aceites en lugar fresco y oscuro, y lo mejor es un frigorífico en torno a 12 grados, y embotellarlos en botellas de color topacio porque el color ayuda a impedir que la luz penetre, y esto también contribuye a extender la frescura.
Los aceites más propensos a enranciarse rápidamente son los que tienen alto contenido en ácidos grasos poliinsaturados, como el aceite de pepita de uva, onagra, cáñamo y lino, y esto se debe a la ausencia de átomos de hidrógeno en la cadena de carbono, por lo que dejan un espacio libre al oxígeno para adherirse, produciéndose la oxidación. A medida que el aceite se oxida, presentará ese olor a rancio y finalmente comenzará a secarse. Estos aceites suelen tener una vida útil de 6 a 18 meses si se mantienen bien. Algunos ejemplos de aceites poliinsaturados son el aceite de rosa mosqueta, aceite de soja, aceite de borraja, aceite de kiwi, aceite de grosella y aceite de cártamo.
Cuando elaboramos fórmulas en las que se necesite calentar los ingredientes debemos tener en cuenta la temperatura a la que sometemos. No es la exposición a una temperatura alta en un momento concreto lo que enrancia los aceites, sino la exposición al aire, el calor y la luz a lo largo del tiempo que causa la oxidación y finalmente la rancidez. En la elaboración de fórmulas con aceites vegetales, se debe mantener el tiempo de calentamiento lo más breve posible. Comenzar derritiendo las ceras y mantecas, otros aceites saturados, para agregar al final los poliinsaturados para que no se calienten demasiado. Es recomendable agregar vitamina E a las fórmulas como antioxidante de los aceites.
Si tenemos almacenado un aceite vegetal con una fecha de caducidad ya pasada recientemente, pero lo hemos guardado en un frigorífico (especialmente el aceite de cáñamo y lino) o en un armario fresco y oscuro y no lo hemos abierto, lo más probable es que aún esté bien. Los aceites guardados en botellas de color topacio sin abrir no han sido expuestos al oxígeno y se mantendrán más tiempo que los aceites abiertos en botellas claras y a medio llenar.
Los aceites más estables son los saturados, que son las mantecas, las cuales están sólidas a temperatura ambiente. La estabilidad es debida a que tienen más hidrógeno unido a las cadenas de carbono y, por lo tanto, menos lugares libres para el oxígeno.
Los aceites monoinsaturados necesitan almacenamiento fresco y oscuro, aunque no es imprescindible refrigerarlos, si bien es recomendable. Su duración es mayor, en torno a 12-18 meses, según el aceite en concreto, el método de almacenamiento y otros factores. Ejemplos de aceites monoinsaturados son el aceite de oliva, almendras, aguacate, etc.
Si bien los ácidos grasos dominantes nos dan alguna indicación sobre la vida útil de un aceite vegetal específico, existen muchas otras variables, así, por ejemplo, aunque el aceite de frambuesa tiene un alto contenido de ácidos grasos poliinsaturados, se mantiene bien con el tiempo, y esto se deba a que tiene un alto contenido de antioxidantes que protegen el aceite hasta cierto punto.
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